• Sigue pautas efectivas

    El buen vivir se relaciona con lo que piensas y con lo que haces Se eficaz en las pautas a seguir.

  • Coaching Profesional

    Las metodologías del Coaching aportan grandemente al crecimiento personal en las distintas áreas de la vida

  • La Familia es en núcleo de la sociedad

    Familias sanas producirán sociedades sanas.

  • Libertad Financiera

    Si hay una época en la vida en la que es más posible adquirir libertad financiera es esta. ¿Por qué tan pocas personas lo consiguen? Por falta de conocimiento y desconocer como aplicarlo.

  • A Plenitud

    Atrévete a tener una vida plena

El evento


El castor y la castora se encontraban disfrutando de los beneficios maravillosos al vivir en el lugar más hermoso del mundo: el paraíso del Edén. De un momento a otro comenzaron una acalorada discusión.
-          ¿Pero qué dices preciosa? Es notorio que entre los dos tú te haces notar mucho más debido a tu belleza.
-          No estoy de acuerdo contigo amado castor. ¿No te has visto reflejado en el rio que atraviesa el paraíso? Eres más hermoso que yo, sin duda.
-          No entiendo si eres tan lista e inteligente te atreves a decir tal cosa. Tu personalidad es tan especial que al llegar a cualquier lugar haces que la atmosfera cambie y resalte ante el brillo especial de tus ojos.
-          Cualquiera que te escuche diría que estás hablando de ti mismo. Eres un instrumento de paz y amor. Si hablamos de personalidad te llevas todos los honores.

La querella se vio interrumpida por la imagen de un ser que era distinto a todos los demás habitantes del planeta.
El castor dijo: “Preciosa, ¿recuerdas el nombre de aquel que se encuentra allá?
-          No… no lo recuerdo – dijo la castora frunciendo el ceño – creo que le dicen hombre pero no tengo presente como se llama, y es paradójico ya que fue precisamente él quien nos dio nombres a las criaturas del cielo, la tierra y el mar.
-          Ese personaje despierta muchas inquietudes en mí. ¿Por qué es tan extraño y tan diferente a los demás?

Ambos hicieron una pausa y guardaron un silencio sepulcral por un par de minutos. 
-          ¡Mira! – expresó la castora en medio de una exhalación – ha caído rendido al suelo. Se ha desmayado.
-          A lo mejor estará agotado y sucumbió. Le hará bien dormir un poco. Ha trabajado arduo y parejo.
-          Así es. Vayamos a dar un paseo, amado mío.

El castor tomó con delicadeza la mano de la castora, le dio un cálido beso en la mejilla e hincando la cabeza de presunción y felicidad se dispuso a dar una vuelta por el glamoroso jardín junto al mejor regalo que el Creador pudo entregarle.

De pronto algo le motivó a ambos a mirar atrás al sitio donde yacía dormido el ser extraño para ellos. Al mismo tiempo abrieron sus bocas llenos de asombro y perplejidad.

-          ¡Amada, mira eso. Dime que mis ojos no me engañan!
-          No te engañan, yo también lo veo. Del costado del hombre están emergiendo unos brazos delicados.
-          Es cierto, quizás necesitaba más brazos para ejercer mejor su tarea.
-          Pero no es todo. Veo una frondosa y bella cabellera.
-          Si. Vaya que es preciosa. Pero… no es solo una cabellera. Es… es…
-          ¡Maravilloso! Que espectáculo estamos presenciando. Un ser similar a él ha salido de su costilla. ¿Notas el halo de luz que la rodea? Viene del firmamento.
-          Yo había escuchado que el hombre vino del polvo de la tierra, algo inerte. Pero este nuevo ser nace ahora de algo vivo. Sin duda eso hará de ella un ser especial.

Pasaron unos cuantos minutos. Los castores aun tomados de la mano dieron unos pasos adelante al ver que el hombre despertaba de su profundo sueño.

-          Mira al hombre – expresó el castor – está radiante de felicidad. Su rostro ya no es el de hace un tiempo atrás.
-          Es cierto. No lo había visto manifestar una sonrisa tan radiante.
-          ¿Escuchaste eso? ¡La llamó carne de su carne y hueso de sus huesos!
-          Pudo haber sido más poético, ¿no? – dijo la castora haciendo una leve mueca.
-          Si, pudo serlo. Ahora la ha llamado “mujer.”
-          “Mujer… mujer.” Suena como sinónimo de belleza sin igual.
-          Ojala el hombre nunca olvide eso. Espero que sepa valorarla y admirarla de tal manera que ella nunca se sienta infeliz ni abandonada. Que viva por ella y para ella y que jamás de los jamases se atreva a herirla ni lastimarla.
-          Tienes toda la razón. Deseo que siempre se dirija a ella con respeto y entienda que no fue sacada de sus pies, para no estar encima de ella. Que no fue sacada de su cabeza para que no esté debajo de ella. Sino que fue sustraída de su costilla para estar a la par de él.
-          Que la ame como ella se merece y que le brinde cada día el mejor de sus sentimientos.

Los castores se fundieron en un abrazo emotivo, sintiéndose privilegiados al ser testigos del evento que engalanó la creación. El nacimiento del ser que de lejos se convirtió en la mejor creación de Dios.

Por Ariel Sierra Casanova
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POEMA A LA MUJER

Cuando Dios terminó la creación 
Hizo a la mujer al final del sexto día
Sellando lo creado con perfección
Regalándole a la vida lo más bello que podía

La mujer sin lugar a dudas 
Es la mejor creación de Dios
Que triste y vacío sería el vivir 
Porque su llegada partió la historia en dos

A través de los siglos han sido atacadas
De muchas maneras tratan de silenciarlas
Porque los machistas que lo hacen reconocen 
Que las mujeres con alas, no pueden derribarlas



A las mujeres ancianas
Les quiero decir en este instante
Sus canas no representan lo anticuado
Sino fuente de consejo y palabra edificante

A la mujer adulta, sacerdotisa de su hogar
Les agradezco su inquebrantable dedicación
Su capacidad de amar y su resistencia
Las convierten de la casa, el más bello corazón

Mujeres jóvenes que leen estas palabras
No acepten que ningún Don Juan de perdición
Las enrede con falsa galantería 
Ya que consiguiendo lo buscado, efectúan la desaparición 

Y a las mujeres en su etapa de niñez
Que iluminan nuestras vidas con ternura y sonrisa
Les animo a no apartar sus ojos de Cristo
Porque cuando crezcan, su amor para ustedes será suave brisa

A las mujeres en general
Les digo con sonrojo y compunción 
Por causa de esos hombres que las lastimaron
Como hombre que soy, les pido perdón

Desde pequeño me enseñaron a valorarlas
Cuando estuve solo ustedes me acompañaron
Cuando lagrimas corrieron por mis ojos
Con Dios dentro de ustedes, las secaron

Por eso y más, convencido estoy hasta lo sumo
Que la mejor creación de Dios la mujer es
Porque nada encierra en si tanta belleza
Desde sus primeros días hasta la vejez 

Mujeres, ustedes nunca olviden su valor
Porque son bella muestra de que Dios existe
Ya que solo a Él pudo ocurrírsele crearlas y decirles:
“Preciosa mía, sello de la creación tú fuiste”

Princesas… damiselas… hijas de Dios
Su fortaleza me hace decirles en las calles y entre las paredes
Lo que muchos hombres han temido decir:
MIS RESPETOS Y ADMIRACIÓN, EL SEXO FUERTE SON USTEDES

Autor: Ariel Sierra Casanova.
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Aferrándose a la vida


El viento era impetuoso, más de lo acostumbrado. Los ventanales se estremecían y Daniel no parecía inmutarse. Desde su juventud fue conocido como el hombre sin miedo. Las alturas en lugar de atemorizarle eran sinónimo de belleza y éxtasis.

Las escasas oportunidades laborales no influyeron en él para aceptar el estar a 50 metros del suelo, limpiando los vidrios de aquel reconocido edificio.

De pronto sucedió lo inesperado. Uno de los piñones de la estructura que lo sostenía cedió, lo cual hizo que Daniel perdiera el equilibrio. Con una maniobra recursiva evitó caer al vacío, sostenido por el arnés que lo aseguraba.

Justo cuando pensó que lo peor había pasado, una de las guayas crujió y un par de tuercas y tornillos salieron disparados. El lado izquierdo de la cabina metálica quedó inclinado haciendo que el peso fuese inestable. La caída era inminente.

Pensamientos por caudales atravesaron su mente, tantos que su cordura divagó y el tiempo dejó de ser tiempo para convertirse en un exhalar donde no hay diferencia entre lo real y lo ficticio.

Recordó las palabras de su esposa cuando en la mañana le preguntó: “¿me amas?” y él no respondió porque en ese instante leía en el diario una noticia corriente que a pocos ha de importar.

“¿Por qué no le dije que la amo si cada mañana al despertar me siento el hombre más afortunado del mundo por verla allí, a mi lado?” Pensó.

-          Amigo, ¿está en problemas? – preguntó un hombre vestido de enfermero en la azotea.

 

“No, para nada. Estoy inventando un nuevo deporte extremo.” quiso decir Daniel, más no lo hizo.

 

Un grupo de personas abajo se percató de lo que estaba sucediendo y alertaron a los transeúntes.

-          No sé qué pasó. Siempre hacemos mantenimiento y todo estaba bien – contestó el limpiador de vidrios.

- ¿Cómo le ayudo, llamo a emergencias?

-          No creo que quede mucho tiempo así que mejor busque una cuerda allá arriba. ¿podrá usted con mi peso? (Daniel era de buen comer)

-          Padezco de hernia umbilical pero aunque me destroce las entrañas no lo dejaré morir.

El enfermero buscó por toda la azotea y no encontró cuerda alguna. El tiempo ahora se convertía en un enemigo implacable y la angustia se dibujaba más y más en su rostro.  De pronto una idea retumbo en su ser. Bajó tres pisos por las escaleras y entró a casa de su suegra y tomó dos sábanas. Las amarró con un prodigioso nudo mientras subía de nuevo.

El joven trabajador del sector de la salud deslizó un extremo de la sábana.  Un segundo antes de hacerlo el viento decidió partir a otro lugar donde no fuese perjudicial.

Daniel soltó su arnés y tomó la sabana, como un bebe cuando sostiene por primera vez el dedo de su madre. Con firmeza, como aferrándose a la vida.

Con un esfuerzo radical el enfermero ayudó a aquel necesitado a subir. La euforia no se hizo esperar y paso seguido se fundieron en un abrazo cargado de gratitud infinita.

-          Gracias, muchas gracias – expresó Daniel radiante de felicidad – siento que he vuelto a nacer.

-          Tranquilo, solo estuve en el momento indicado en el lugar preciso.

-          Es usted un héroe amigo mío. Estuve a punto de morir. Y si hay alguien que valora la vida soy yo. La vida es hermosa y soy un privilegiado por seguir aquí.

Se presentaron formalmente e intercambiaron números de celular. Daniel salió raudo y veloz a su casa a ver a su esposa. Tenía más de un billón de “te amos” por decir.

 

El enfermero suspiró. Derramó una lágrima que fue seguida por otras más. De pronto el celular del enfermero sonó con un timbre estruendoso. Vaciló unos momentos y con voz entrecortada respondió:

 

-          Aló.

-          Mi amor, ¿Dónde estás? ¡Dímelo por favor! - dijo la esposa del enfermero notablemente angustiada. 

-          Estoy en el edificio donde vive tu madre.

-          Acabo de leer tu mensaje. Tenía el celular descargado. Estoy muy preocupada por ti. Amor, por favor, no vayas a cometer ese error de acabar con tu vida. No todo está perdido, yo estoy contigo para afrontar todo lo que venga. Juntos vamos a vencer cualquier obstáculo por más amenazador que parezca.

-          Lo sé, perdóname por siquiera considerar actuar con tanta cobardía.

-          No te preocupes. Voy para allá. No olvides que la vida es un tesoro y que por muy grandes que parezcan los problemas vale la pena vivir.

-          Es cierto, hace unos minutos atrás lo comprobé. Soy un privilegiado por seguir aquí.

 

Fin


  Por Ariel Sierra Casanova

  
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Eres bella


La hermosura no se improvisa
Es un atributo con el que has nacido
Al poder mirarte me lo confirmo
Me convierte en un bendecido
¿Quién te hizo bella sino Dios?
¿Quién te privilegió sino Él?
Si tu belleza sobrepasa sin dudar
La belleza de una rosa y un clavel
Mirarte es una epopeya
Contemplarte  es un placer
Y te aseguro que aunque lleguen a mi puerta  miles
Eres la más linda, no cambiaré de parecer

Por Ariel Sierra Casanova
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LA CIMA

Una paloma blanca llegó a un lote abandonado. Su apariencia reflejaba melancolía inevitable a causa de un quebranto de salud. Lagrimas llenas de ternura se hicieron uno con aquel árido lugar que en tiempos de antaño era conocido como un paraíso celestial. 

 

 - El tiempo sin lluvias ha cesado – dijo un gusano emergiendo justo del sitio donde la primera lagrima se había plantado. No tardó el gusano en darse cuenta que era la glamorosa ave la que había derramado su alma a través de sus ojos.

 

 - ¿Cómo puede un ser de tal belleza radiante expresar esa congoja en sus ojos?

 - Mi salud se ha visto afectada - afirmó la paloma sin mirar a su interlocutor - y no tener control de los eventos aumenta sin remedio los pesares y padecimientos. El laberinto de la vida absorbe mis anhelos y me pregunto de donde vendrá mi consuelo. 

 

 El gusano de inmediato reconoció la circunstancia. No era un Déja Vu. Ya lo había vivido. Suspiró, sonrió y miró al cielo. Con mirada punzante, con la certeza de esgrimir acerca de algo conocido expresó: 

 

 “Si tan solo miraras el firmamento leerías con tu corazón el mensaje de un pergamino que se extiende desde la eternidad hasta la eternidad. Donde la debilidad se transforma en fortaleza. Donde lo vil y menospreciado se hace digno y admirable. Donde una sonrisa empieza en el oriente y termina en el occidente resplandeciendo un amor capaz de alumbrar en cada rincón en que los sueños han dejado de germinar a causa de los afanes de la vida. Cátedras puedo brindar de las incontables veces en que bajé la cabeza donde pensé que no habría futuro de un presente donde el pasado me lastimó. Gusano soy, no lo negaré. Pero recuerdo las palabras guiadas por el viento, ese que en el principio se paseaba sobre las aguas, que me anunciaban una crisálida donde lo insignificante quedaría atrás, para emerger lo que siempre habitó en lo más profundo de mí ser. Ese día mis alas adornadas por un pincel colosal, me llevarán a la cima de un árbol frondoso donde seguramente veré a aquella ave que un día lloró en un lote abandonado.”

 

 La paloma derramó una lágrima, de felicidad en esta ocasión. De inmediato sus quebrantos de salud huyeron cual gacela que huye del mas diestro cazador. Con un brillo especial en sus ojos extendió sus alas y con el sello del gozo que distingue al que ha vencido, esbozó al partir:

 

 “La cima nos espera… no tardes”

FIN


Por Ariel Sierra Casanova
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A Plenitud

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